lunes, 20 de febrero de 2017

Delincuentes se convierten a Cristo despues de robar a Misionero



Miembros del Ministerio Cristiano Internacional “Every Home for Christ” (“EHC”) en Argentina, fueron testigos de la poderosa mano de Dios.
Al final del pasado año, varios funcionarios de la EHC evangelizaron a la Comunidad llegando hasta las turbulentas bandas cerca de Buenos Aires. Los voluntarios del ministerio eran plenamente conscientes del peligro, pero ellos se han comprometido en compartir el Evangelio más allá de los peligros de la región: drogadictos, prostitutas e incluso los miembros de las bandas que controlan el vecindario. Sin embargo, lo que sucedió esa noche fue inolvidable para Agustín, uno de los miembros del equipo ministerial.
Dos hombres armados salieron de imprevisto y atacaron el grupo. Aunque los voluntarios sufrieron un susto, no estaban sorprendidos por lo ocurrido. Este tipo de cosas es común en el vecindario. Después de ser atacado físicamente, los tuvieron encañonados, Agustín y su equipo entregaron a los criminales el poco dinero que tenían, sus teléfonos móviles y las llaves de la vehículo del ministerio. Después del asalto, los miembros de ‘EHC’ tenían gran impotencia por lo ocurrido, mientras que los ladrones se fugaron, dejandolos indefensos en una zona extremadamente peligrosa.
- Advertisement -
Luego de los daños que sufrieron, Agustín dio gracias a Dios por salvar su vida y oró para que la camioneta, junto con Biblias y materiales evangelísticos que estaba en ella, pudieran recuperarlas. La camioneta fue encontrado poco después. El vehículo había sido incendiado por lo que no se pudo encontrar huellas dactilares de los ladrones. Pero lo que conmosionó al grupo fue que encontraron en el suelo junto a la camioneta destruida que se llevó a Agustín y su equipo hasta las lágrimas. Las cajas de Biblias y materiales evangelísticos estaban fuera del coche y no sufrieron ningún daño.
Agustín comprendió que Dios protege su vida y las vidas de los miembros de su equipo, y también protege el ministerio y las herramientas que se utilizan para llevar su mensaje de vidas que necesitan a Cristo.
Varios meses más tarde, Agustín continuaba trabajando en un discipulado con los internos que ya se habían convertido a Cristo a través de los servicios de EHC. Uno de los presos oyó la historia que compartió Agustín sobre el robo de la camioneta y como Dios obró ese día. Cuando el misionero habló sobre las Biblias y materiales evangelísticos que estaban intactos y no fueron quemados junto con el coche, el prisionero sabía que tenía que decir algo.
“Lo hice”, confesó el joven a Agustín. “Yo y otros de los reclusos de esta prisión fuimos quienes atacaron y robaron su camioneta.”

Agustín se sorprendió y los recuerdos de aquella noche horrible inundó su mente. Ahora – sólo unos meses más tarde – que estaba cara a cara con uno de los hombres que lo atacaron. Con lágrimas en los ojos, el preso pidió que lo perdonara Agustín, explicando que, desde que fueron detenidos, él y su cómplice aceptó a Cristo y renunció a su vieja vida de crimen.
Agustín agradece a Dios por su amor y misericordia, y hace manifiesto el perdón a quienes han causado el robo y los daños.


No hay comentarios: