lunes, 27 de marzo de 2017

Ciudadanos logran, con empresa y el GORESAM, replantear obra sin componentes ambientales

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Fuimos informados que los árboles más hermosos de la ciudad, ubicados en la Concha Acústica de Tarapoto iban a ser tirados abajo. Sin creerlo realmente nos dirigimos al lugar y encontramos el escenario. En medio de la Concha Acústica se veía un árbol tirado abajo, uno de los más grandes existentes en el lugar; uno de los once que habían sido abatidos por los trabajadores de la contratista encargada de la obra del Polideportivo de Tarapoto.. Luego, observamos que un tractor iniciaba su labor apresurada en el Jr. Leguía, trayendo abajo a los árboles de almendra y algunas palmeras recientemente sembradas y ya no pudimos más. Jenny Zeña, se decidió y frenó el trabajo apresurado del tractor amenazando con lanzarse a sus dientes si es que se continuaba trayendo abajo a los árboles. Al otro lado, en el de la cancha del Chacarita Versalles, tuvimos que lidiar con un trabajador inocente y una motosierra, a la que acalló tras nuestros reclamos. Pusieron una valla negra para no dejar que sigamos viendo lo que dentro hacían. Poco a poco llegaban más y cada vez nos hacíamos ya muchos los que exigíamos que frenen esta obra. Más tarde llegaron funcionarios del Gobierno Regional de San Martín, encabezados por el gerente de la Subregión Bajo Mayo hasta el lugar para indicar que estaban dispuestos a escuchar los comentarios de los presentes en una reunión a las cuatro de la tarde. Allí nos enteramos que quienes habían realizado el proyecto son los de la Municipalidad Provincial de San Martín, que dicho sea de paso, ninguno de sus funcionarios llegó para dar alguna razón de lo sucedido, a pesar que ellos serán los beneficiarios de la obra, pues les será entregada tras culminarla. La unidad ejecutora de la misma es el Gobierno Regional de San Martín a través de la Subregión Bajo Mayo, que ha contratado a otra empresa. el costo total es de 8 millones 800 mil nuevos soles aproximadamente y el plazo para la culminación es de 300 días calendarios. La obra, tal como está propuesta, se encuentra cargada de concreto hasta lo indecible. Los constructores admitieron que hasta el momento han botado 11 árboles e iban a ser muchos más. Solo se había contemplado la siembra de 17 apenas.
¡Esa es la mirada ambiental de los proyectistas! Como si no existiese la experiencia de haber sembrado concreto en extremo en Morales, en el Boulevard de Santa Rosa, a donde nadie llega porque hace un calor infernal siempre. Ya en la Subregión Bajo Mayo, las cosas empezaron tensas, pero con el pasar de los minutos se iba aclarando el panorama. Ni los ingenieros de la constructora, ni los funcionarios del Gobierno Regional estaban de acuerdo con la forma en la que se había planteado esta construcción. De hecho, no se pudo recoger la versión de los funcionarios del municipio de Tarapoto porque no asistieron. No obstante, se acordó que la empresa en cuatro días debe dar cuenta de transformaciones en la estructura considerada. En primer lugar, se incrementarán las áreas verdes, se sembrará un mayor número de árboles del que se ha planteado en un inicio.
Sin duda, esta es una demostración de que la comunidad puede moldear su ciudad si es que tiene las agallas de asumir su responsabilidad sobre ella. Sin discutir y proponiendo se llegó a la conclusión que podíamos salvar los árboles, sin traernos abajo el proyecto (que nunca fue la intención). Así llegamos a conclusiones positivas y este lunes habrá una reunión en la que se mostrará un nuevo proyecto que involucrará el tema ambiental.

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