El suicida se clavó un cuchillo en el pecho y luego se roció con un material inflamable para inmediatamente después prenderse fuego. Esto ocurrió ante el acceso principal al Reichstag, bajo la mirada de cientos de turistas y berlineses que transitaban por ese céntrico lugar.
Los transeúntes alertaron de inmediato a la policía y equipos sanitarios, que trataron en vano de reanimar al suicida. Las fuentes policiales descartan motivos políticos, ya que el hombre dejó una carta de despedida apuntando a motivos personales.
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