martes, 4 de julio de 2017

Acusan a Iglesia de mantener “refugiado” a sacerdote acusado de abusar contra cuatro



El diario La República reveló en su edición de ayer que el sacerdote investigado por tocamientos contra cuatro menores de edad, vive nada más y nada menos que en la sede de la Catedral de Moyobamba, aunque parezca increíble.
Dicho sacerdote fue responsabilizado por cuatro menores de edad por realizar tocamientos en sus partes íntimas, denuncia que se encuentra en la fiscalía, pero sorprendentemente hasta el momento no se hace absolutamente nada.
“La gravedad de las imputaciones que formularon cuatro alumnos menores de edad del seminario de formación sacerdotal de Moyobamba contra el religioso Santiago Martínez no fue lo suficiente como para que lo entregaran a las autoridades eclesiásticas. Martínez, a quien los cuatro niños coincidieron en denunciar por abuso sexual, aprovechándose de su condición de profesor, de consejero espiritual y de residente del claustro religioso, vive en la sede de la catedral de Moyobamba (obispado) por mandato del obispo Rafael Escudero López-Brea”, refiere la nota en cuestión.
Dicho diario agrega que la catedral de Moyobamba está ubicada a solo 15 cuadras aproximadamente del seminario donde el presunto perpetrador cometió el asalto sexual contra los niños.
De los cuatro niños que denunciaron al sacerdote Santiago Martínez, a quien atribuyeron abuso sexual reiteradas veces desde 2014 hasta marzo de este año, sorprendentemente dos de ellos decidieron continuar en el seminario, al parecer influidos por las autoridades del claustro. Es decir, se mantienen en el claustro en el que fueron asaltados por Martínez, quien, además, reside a pocas calles del lugar.
Fue el último 17 de marzo que el rector del seminario, el sacerdote César Gallardo De Gracia, denunció ante la Policía al cura español Santiago Martínez Valentín Gamazo por el presunto abuso sexual cometido en agravio de cuatro niños del seminario.
Agrega dicho medio de comunicación que de los cuatro niños que denunciaron el abuso, sorprendentemente dos de ellos continúan viviendo en el Seminario, mientras que la Fiscalía que prometió una investigación exhaustiva y que reveló detalles del caso, ahora permanece en silencio sobre un escándalo que cada vez más escandaliza a una comunidad que exige justicia.
Los de la Iglesia por su parte, indican que esperan que llegue desde la Santa Sede alguna respuesta con la finalidad de que se sancione a este sacerdote. Es decir, mientras tanto, por los sígnos que entrega el Ministerio Público nos hacen pensar en una complicidad de parte del ente. (Lenin Quevedo Bardález)

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