El diagnóstico de cinco tumores cerebrales y una hidrocefalia no fueron suficientes para paralizar los sueños del educador Hugo Gomes, de 27 años. En julio de 2005, le diagnosticaron anemia y gradualmente perdió su fuerza física, se le impidió practicar el deporte y realizar otras actividades de rutina.
Además de ver disminuir la fuerza de su cuerpo, Hugo estaba perdiendo peso y tenía frecuentes dolores de cabeza. Cerca al mes de diciembre, Hugo fue diagnosticado con hidrocefalia y cinco tumores cerebrales. "Mi vida se derrumbó. En ese momento pensé: mi carrera ha terminado. Voy a morir porque no sé la gravedad de estos tumores. Para mí fue el final”, dijo Hugo para su entrevista a un portal brasileño.
Hugo comenzó la quimioterapia y terminó en un estado vegetal. Fue en ese punto de quiebre donde se inició la búsqueda de Dios. “Mis padres sintieron el golpe, fue entonces que buscaron a Dios en oración”, recuerda Hugo. Milagrosamente, después de despertar de un coma fulminante, los tumores desaparecieron.
Solo quedaron las cicatrices. Los médicos no pudieron explicar lo ocurrido. Hugo dice que los médicos llegaron a la conclusión de que su caso era un misterio, pero él insistió en que era un milagro. “Dios es el Dios de lo imposible. Quitó los cinco tumores sin que el hombre lo viera. Es el Médico de los médicos y el Señor de los señores. Solo Dios, nadie más", concluye.
Al hablar sobre el pasado difícil que le tocó atravesar, Hugo dice: “Todos los días tenemos que agradecer a Dios, porque Él tiene el poder de la vida. Él da y la toma a la hora que quiere”.
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