jueves, 28 de mayo de 2020

Gobernador regional de Loreto niega mortandad en comunidades indígenas por COVID-19 Elisbán Ochoa, goberandor regional de Loreto, uno de los puntos del Perú más golpeados por la COVID-19, negó lo dicho por el Apu de la comunidad nativa de Pucacuro, quien denunció en RPP Noticias que 600 de los 800 miembros se encuentran infectados con coronavirus.

Gobernador regional desmintió las afirmaciones del apu Emerson Mucushua.


Elisbán Ochoa, gobernador regional de Loreto, negó las afirmaciones del Apu Emerson Mucushua de la comunidad nativa de Pucacuro, quien en conversación con RPP Noticias indicó que de los 800 miembros de la comunidad, cerca de 600 se encuentran con síntomas de COVID-19.
“Respeto mucho la cultura de los pueblos, estamos recibiendo información y no es cierto que esto esté sucediendo”, indicó Ochoa en Ampliación de Noticias. “Hay, como en todas partes, algunas personas contagiadas, pero estamos trabajando en eso. No hay ningún tipo de mortandad en ninguna comunidad indígena y de eso tenemos mucho cuidado”, agregó.Como se recuerda, Mucushua había indicado que los contagios en las comunidades indígenas se están dando por medio de las embarcaciones que aún funcionan en el río Marañón. Al respecto, Ochoa señaló que por 15 días se suspenderá el tránsito y no habrá ningún tipo de ingreso a la provincia.
“No está pasando ningún tipo de embarcación. Definitivamente nuestro río es que nuestra carretera y nuestro medio de transporte, pero van con este mal y están contaminando a las poblaciones. Por 15 días no va haber ningún tipo de ingreso”, precisó.
También indicó que el gobierno regional está solicitando más de 100 000 pruebas rápidas de descarte de coronavirus ya que, según comentó, hasta la fecha solo quedan entre 4 mil a 5 mil. “Esperamos que el gobierno regional apruebe la propuesta porque hemos presentado en abril dos propuestas económicas para poder frenar la pandemia”, expresó.Por último, negó que desde el gobierno regional de Loreto haya habido algún tipo de “sabotaje” en la planta de oxígeno que se pudo obtener mediante el vicariato de Iquitos. “No hay sabotaje, sino que las plantas no son nuevas. Han estado paralizadas por varios años y al poner en funcionamiento siempre habrán reajustes que muchas veces no resultan como uno quisiera”, indicó.

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